Una persona compasiva intervino para ayudar a un cisne a convertirse en madre después de presenciar cómo su nido era destruido repetidamente por inundaciones y depredadores.
El cisne llevaba diez años poniendo huevos en el Astillero Jones de St. Ives, Inglaterra, solo para verlos desaparecer una y otra vez. Sin embargo, su fortuna mejoró cuando un hombre bondadoso decidió intervenir.
Rob Adamson, un residente de una embarcación estrecha, había estado observando las dificultades de los cisnes durante años y decidió tomar medidas.
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Adamson, un entusiasta de los cisnes que una vez salvó y crió un cisne, inicialmente construyó una cerca para protegerse de depredadores como los zorros. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que la subida del nivel del agua amenazaba el nido del cisne.

Adamson, obligado a ayudar, dijo: «No deberías interferir, pero la situación ha llegado al punto en que todos van a morir. No podía dormirme sabiendo eso. Sabía que me arrepentiría si no hacía nada para salvarlos».

Decidido a marcar la diferencia, Adamson construyó una balsa para proporcionar a la familia de cisnes un lugar seguro para anidar. Esta solución protegió eficazmente el nido tanto de los depredadores como de las inclemencias del tiempo. Sus esfuerzos finalmente dieron sus frutos cuando, semanas después, todos los huevos del cisne eclosionaron y nacieron ocho polluelos sanos.
